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HIPOCRATES

Hipócrates, conocido como “Padre de la Medicina” es el verdadero fundador de un principio, de una doctrina médica filosófica naturista que jamás ha dejado de existir hasta nuestros días, a pesar de todas las tentativas de la medicina oficial para destruir esta doctrina médica y humanista. Al practicar la Naturoterapía no se hace otra cosa que poner en valor los trabajos de Hipócrates, que han sobrevivido a través de los siglos.

 

 

 

 

El naturismo parte del principio hipocrático “Natura via medicatrix” que significa “la naturaleza es la fuerza que cura”. Hipócrates describió que tanto la mantención, como la recuperación de la Salud, dependen del trabajo de una fuerza interna que tiende invariablemente hacia la armonía o equilibrio en el funcionamiento del cuerpo y de la mente.
Hipócrates estableció unos principios fundamentales para lo que él llamaba “el arte de curar” y el modo de entender la salud y la enfermedad, que han sido secundados y ampliados a lo largo de los años por los seguidores de la Medicina Natural:

 - Curar sin dañar debe ser la primera norma. La disciplina terapéutica no ha de ser agresiva,  no ha de hacer daño. Si una técnica, remedio o sustancia terapéutica tiene efectos secundarios o produce daños colaterales, entonces no se ajusta a los principios básicos de la Naturopatía.
¿Cuántos efectos secundarios y/o interacciones no deseadas soportan nuestros pacientes con esas interminables listas de medicamentos que consumen bajo la práctica de ofertar un fármaco para cada dolencia?, ¿A cuántos pacientes sanos les hemos medicalizado su vida tratando factores de riesgo?
-Siempre se debe ir a la causa de la dolencia, luchar contra el principio que la produce”. ¿Por qué la sociedad cree que la medicina tiene todos los remedios para ”curar” o aliviar lo generado por el simple hecho de vivir?
- Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento”. Los alimentos “curativos”, son en realidad los que le corresponden al hombre por su adaptación biológica: frutas, vegetales, bayas y raíces en su estado natural, crudos, tal como nos lo presenta la naturaleza. Son éstos, alimentos naturales, refrescantes, vitalizadores, livianos, de fácil digestión, intrínsecamente sanos y por lo tanto saludables. Y si son saludables, si sirven para conservar la salud, son también “medicina” que produce necesariamente un efecto curativo, ya que, “lo que da la salud, cura la enfermedad”.
- En términos generales, lo que evita la enfermedad, la cura y lo que la cura, la evita. Me refiero en este sentido a los factores que rigen la salud, como la dieta correcta o nutrición óptima, el ejercicio, el reposo, los estímulos naturales como el agua fría, aire puro, sol, aire. Para Hipócrates, el enfermo lo es porque se ha alterado la mezcla de sus humores y la “enfermedad” no es sino “una crisis durante la cual el organismo adopta una posición defensiva buscando la eliminación de los humores que le perjudican”. El término “humores” es lo que hoy en día la corriente higienista llama “toxemia, ensuciamiento”.
-Respetar el “Vis naturae medicatrix”, es decir dejar actuar a la naturaleza, la capacidad autocurativa del organismo. Se debe dejar obrar a la Naturaleza. La fuerza curativa o energía vital o fuerza curativa siempre tiende a la homeostasis. La homeostasis es la condición por la cual el medio interno del organismo permanece relativamente constante, dentro de los límites fisiológicos.

 

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