SECRETOS ANCESTRALES PARA LA SALUD
PARACELSO
Paracelso” nació el 1493 en, Suiza
Creador de la alquimia vegetal desarrolló a través de ella: sales, elixires, tinturas, piedras vegetales y otros preparados que apuntan a la sanación en forma holística. Sus remedios no operaron sobre los síntomas corpóreos de la enfermedad, sino sobre las causas espirituales de las enfermedades.
Se caracterizó por poseer una sabiduría multidisciplinaria propia de los genios. Sus trabajos conjugarían la alquimia, la espagiria y las ciencias sagradas, con las raíces milenarias de la medicina clásica griega y árabe con sustento en el conocimiento egipcio.
Paracelso nunca vio a sus pacientes como simples números, los atendió en sanación del cuerpo, el alma y el espíritu en su conjunto.
Fue expulsado de la ciudad de Basilea, fruto de una campaña de desprestigio, mantenida por el resto delos médicos, de tendencias conservadoras y materialistas. Esta campaña contra Paracelso se debió a que no reconocía ninguna otra autoridad médica por encima de él que no fuera la naturaleza.
Las Siete Reglas de Paracelso:
1º Lo primero es mejorar la salud. Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia posible, honda y rítmica, llenando bien los pulmones, al aire libre o asomado a una ventana. Beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos.
2º Desterrar absolutamente, por más motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza, venganza.
La observancia de esta regla es de importancia decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura de tu alma. Es el único medio de cambiar tu destino, pues este depende de nuestros actos y pensamientos. El azar no existe.
3º Haz todo el bien posible. Auxilia a todo desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas debilidades por ninguna persona. Debes cuidar tus propias energías.
4º Hay que olvidar toda ofensa, más aún: esfuérzate por pensar bien del mayor enemigo. Tu alma es un templo que no debe ser jamás profanado por el odio.
5º Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los ojos medio entornados y no pensar en nada. Esto fortifica enérgicamente el cerebro y el Espíritu y te pondrá en contacto con las buenas influencias. En este estado de recogimiento y silencio, suelen ocurrírsenos a veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar toda una existencia.
7º Jamás temas a los hombres ni te inspire sobresalto el día de mañana. Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien. El miedo y desconfianza en el futuro son madres funestas de todos los fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre.
Si se estudian atentamente a las personas de buena suerte, se verá que intuitivamente, observan gran parte de las reglas que anteceden. Muchas de las que allegan gran riqueza, muy cierto es que no son del todo buenas personas, en el sentido recto, pero poseen muchas virtudes que arriba se mencionan. Por otra parte, la riqueza no es sinónimo de dicha; Puede ser uno de los factores que a ella conduce, por el poder que nos da para ejercer grandes y nobles obras; pero la dicha más duradera solo se consigue por otros caminos
